Este blog nace para compartir palabras apuntadas en un cuaderno que no deberían terminar en un cajón.
Reflexiones, frases, fragmentos de algún libro/canción, poemas, cuentos... Palabras que algún día escuché/leí e impactaron en mí, que trasmitieron un mensaje directo, palabras que en ciertos momentos me empujaron hacia adelante, que despertaron pensamientos/emociones/sentimientos, palabras... que precisamente no se las lleva el viento y que en definitiva fueron... "palabras que hacen crecer"
Con el tiempo, se ha convertido en un pequeño espacio donde perpetuar experiencias, relatos e historias que han acompañado mi camino

martes, 3 de octubre de 2017

Nuevas aventuras

Comienzo una aventura que muy probablemente no se me huiera ocurrido en otras circunstancias.

Sin tener del todo claro aún como he llegado hasta aquí, y aún habiendo pasado por auténticas batallas mentales de cual sería la decisión correcta, me veo embarcada en este viaje hacia lo desconocido.

Dejo atrás el control, la seguridad, la estabilidad, el confort, la familia, los amigos… y me sumerjo en la tranquilidad de venga lo que venga, es lo mejor que me podrá pasar.

Al encuentro de todo y en busca de nada, con la única intención de anular mi voluntad y simplemente dar paso a vivir lo que el destino desee.

Simplemente escucha  las señales de tu interior y vive el momento…


martes, 29 de agosto de 2017

Un parto interior...


Antes que nada, manifestar mi profundo respeto a todas aquellas valientes que han sido madres. Sin ánimo alguno de poder ofender ante cualquier mínima comparación con ese momento desgarrador a la vez que mágico, en el que cada guerrera combate con la vida en hacer el milagro realidad...

No se me ocurre mejor forma de intentar resumir y describir ese momento, no menos mágico, en el que contemplamos, lentamente a la vez que bruscamente, ese instante donde se origina la explosión interna de un nuevo renacer, de un nuevo descubrimiento interior... de un nuevo palpitar y sentir que ya nunca más podrá apartarse de nosotr@s.

Lentamente... 
Porque se escapa fugazmente a nuestro entendimiento, porque en ocasiones requiere de todo nuestro esfuerzo para contemplar su nacimiento, aunque otras veces, pueda aparecer con una sencillez y rapidez pasmosa.
Porque  llega a convertirse en una lucha de supervivencia;  tus ideales, tu ética, tu propio sistema se pone en juego, toda nuestra vida puede cambiar en cuestión de segundos. 
Porque puede llegar a convertirse en un proceso largo y doloroso.
Porque puede llegar a sentirse como una lucha por sacar algo desde lo más profundo de nuestras entrañas.
Porque una vez que se inicia el proceso, ya no se puede parar... Debe nacer algo nuevo...

Bruscamente... 
Porque el momento culmine en que vemos aparecer ese nuevo conocimiento, se convierte en una explosión de emoción, admiración y armonía. 
Porque en cuestión de un solo instante, todo un conjunto de pensamientos desordenados, casi de forma mágica, adquieren una conexión lógica, entendible y razonable. 
Porque ese momento jamás podrá ser indiferente para el resto de tu vida

Una lucha interna, una guerra, una batalla interior, que podría parecer durar toda una eternidad o tan solo cuestión de segundos, pero cuyo final puede parecer apoteósico. 

Sin duda, en el momento en que descubres de forma consciente la existencia de esa semilla en tu interior, ya no existe forma de paralizar el proceso. 

Tocará convivir con las náuseas que provoca la montaña rusa de emociones y sentimientos, y con los mareos ocasionados por intentar mantener el control de la situación.

Finalmente, una vez más, será la propia naturaleza y el universo,  los encargados de que todo suceda como ha de ser, entregándonos el regalo de una nueva vida para continuar nuestro camino.


miércoles, 5 de julio de 2017

Anesteciad@



Anestesiad@...
Podría ser una buena palabra para intentar definir el caótico estado inconsciente que sentimos cuando quedamos paralizados, observando como las horas, días, meses... pasan por delante de nuestra vida como si fueran agua en nuestras manos. 

De repente, sin saber muy bien como y porqué has llegado hasta aquí, tan solo te agarras a los sentimientos frustrantes del desánimo y la des-motivación que todo tu alrededor te genera.
La apatía y la inapetencia se convierten en tus mejores aliadas y comienza a degradarse por completo la importancia y el valor que antes dabas a ciertas cosas. 

Entonces comienzas a preguntarte
- ¿Por qué me siento así? ¿Como he llegado aquí?  ...
Miles de preguntas surcan tu mente a las que difícilmente consigues encontrar respuesta. Intentando auto-observar tu situación, llegas a la conclusión de que no tienes verdaderos motivos para sentirte así, sin embargo... no consigues dejar de hacerlo...
Tu cabeza de repente se vuelve tu peor enemiga lanzando continuamente juicios sobre ti mism@. 
... Tienes un buen trabajo, tienes tiempo para ti, no tienes responsabilidades personales, no tienes que dar cuentas a nadie, no tienes grandes problemas, puedes gozar de tu libertad, bla bla bla.... pero por muy bonito que intentas hacerlo ver, no mengua esa frustración de no poder controlar dejar de sentirte así. 

Comienzan a desfilar ante ti tus peores yoes que acuden progresivamente a tu rescate;  auto-crítica, fustigación, victimismo, auto-compasión, ... Poco a poco, vas probando terapia con cada uno de ellos a ver si con suerte, traen consigo la fórmula mágica para acabar con ese incontrolable pesar. 
Tarde o temprano te das cuenta que resultan no ser muy buenos consejeros y curiosamente cada vez pasas menos tiempo en sus compañías. 

¿Como es posible llegar hasta aquí, cuando ayer sentía comerme el mundo, llorar de felicidad, sonreír a la vida...? y hoy... hoy tan solo siento que devoro mi propia existencia.

¿Será culpa de la rutina? ¿Será la falta de nuevos objetivos? ¿Serán las decepciones? ¿Será por la falta de? ¿Será por el exceso de? Y mientras tanto, en medio de ese cóctel explosivo de emociones y sentimientos, continuas Anestesiad@, durante lo que ya te parece toda una eternidad. 

Cansad@ de buscar respuestas y soluciones, de analizar lo que a veces no es analizable, tan solo hayas camino entre dos opciones; esperar a que las cosas se estabilicen o tomar decisiones que implican cambios. 

Tan solo tú puedes decidir romper con la anestesia que mantiene en línea horizontal tu vida. Romper con la rutina, tomar decisiones, no importa si nos equivocamos o no, la cuestión es actuar, hacer algo para intentar salir de ese estado que te consume el alma. Olvidar los miedos, soltar la mano a la seguridad, a veces es necesario.

Una cosa sin duda tengo por cierta, y es que en la vida todo sucede por alguna razón, aunque en la mayoría de las ocasiones sea inexplicable a nuestro entendimiento. Únicamente con el tiempo y la experiencia, terminas apreciando que solo pasando por ciertas situaciones, te conviertes en esa persona capaz de tomar decisiones que jamás antes hubieras pensado. Quizás en algún momento de tu existencia termines agradeciendo enormemente a ese estado anestésico el haberte permitido arrojarte a por nuevas aventuras... 

Ahora ya no es momento de reflexionar, es momento de decidir. 
El ayer también fue necesario para llegar hasta aquí, pero hoy toca iniciar el cambio. 
A por nuevos proyectos...